viernes, 8 de febrero de 2008

¡Ay, picaruelos!

Los Papas, tradicionales guardianes supremos de la más alta moral, son humanos. Hasta ahí estamos todos de acuerdo. Eso implica que, por muy trascendentes e infalibes que aparenten ser, tienen las mismas debilidades que cualquiera.
En plena polémica entre la Iglesia católica y Gobierno socialista, y a un mes de las elecciones, hemos conocido una imagen protagonizada por el antecesor de RatzingerBenedicto para los amigos— que corrobora nuestro argumento. A Carol Wojtyla —más conocido como Juan Pablo— le gustaban las tías en porretas (véase la imagen adjunta).
¡Quien sabe si esto no será más que el comienzo de una larga lista de debilidades terrenales!

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